Receta de Tarta Red Velvet

La tarta Red Velvet, también conocida como de terciopelo rojo, es una tarta cuyo origen se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando un pastelero, haciendo cocina de aprovechamiento extrema, decidió recurrir a la remolacha para hacer un bizcocho rojo esponjoso y sabroso.
No sería hasta 1943 hasta que la tarta Red Velvet se haría famosa de la mano de de Irma S. Rombauer, a quien se considera la madre de la receta actual que más tarde acabarían popularizando gran parte de los hoteles de lujo de Nueva York y Los Ángeles.
Y es que, la tarta Red Velvet que disfrutamos hoy y que es posible encontrar en un sinfín de cartas de reposterías y restaurantes, ya no recurre a la remolacha para darle ese llamativo color rojo, sino a colorante alimentario, quien mezclado con los ingredientes del bizcocho, un poco de queso crema y un frosting tremendo hacen de este postre uno de los más deseados del planeta.
Si tú también quieres aprender a cocinarlo de forma fácil y sencilla, no te pierdas el paso a paso para hacer una Red Velvet tradicional que te ofrecemos un poquito más abajo.
Ingredientes
Cómo hacer Tarta Red Velvet
Empezamos preparando el buttermilk, para lo que mezclaremos 3/4 de taza de leche entera con 3/4 cucharada de zumo de limón. Cuando esté listo lo dejamos reposar media hora a temperatura ambiente.
A continuación tamizamos la harina con el cacao en polvo y la media cucharadita de sal en un recipiente y lo reservamos. En otro recipiente, echamos el buttermilk y el colorante rojo y lo mezclamos y lo reservamos.
Buscamos un bol para batir y varillas y echamos la mantequilla con el azúcar y el extracto de vainilla y le damos hasta conseguir una crema espumosa.
Posteriormente sumamos los dos huevos y seguimos batiendo durante cinco minutos o hasta que veamos que se han integrado perfectamente.
Llega el momento de echarle la harina tamizada y el cacao, poco a poco. Tamizado que iremos alternando con lloverle un poco de la mezcla de buttermilk y colorante rojo. Cuando lo hayamos echado todo, batimos pero ahora a fuego lento para evitar que se nos quede una masa muy lenta y el bizcocho muy mazacote.
En un pequeño recipiente mezclamos dos cucharaditas de vinagre de sidra de manzana y una de bicarbonato de sodio y, nada más tengamos la mezcla, la echamos rápidamente a la masa y empezamos a hacer movimientos envolventes hasta integrar todos los ingredientes.
Empezamos dividiendo la masa en dos partes iguales y repartiéndola en dos moldes para tarta que tendremos que engrasar y enharinar previamente. Si tienes papel de horno, también lo pondrás en la base para evitar que se pegue.
Precalentamos el horno a 180 grados con calor arriba y abajo y, cuando esté caliente, metemos la masa y la dejaremos durante unos 20 minutos. Para saber que está listo introduciremos un palillo y, si sale limpio, lo sacaremos y lo dejaremos sobre una rejilla a que pierda temperatura antes de seguir.
Cuando veamos que la temperatura de los bizcochos empieza a rebajarse un poco, buscaremos la batidora de varillas y echaremos la mantequilla y el queso crema para batir durante un par de minutos o hasta que veamos que hemos conseguido una mezcla esponjosa.
A continuación le echamos el azúcar glas y el extracto de vainilla,y seguimos batiendo hasta que veamos que hemos conseguido una crema esponjosa y homogénea sin grumos, lo que sucederá unos cinco minutos después de empezar a batir.
Cojemos un bizcocho para utilizarlo como base, le echamos el frosting por encima, lo cerramos, le volvemos a echar frosting por encima, lo barnizamos todo con el frosting restante y la metemos a la nevera un par de horas. Nuestras tarta Red Velvet casera está lista.
Ingredientes
Instrucciones
Empezamos preparando el buttermilk, para lo que mezclaremos 3/4 de taza de leche entera con 3/4 cucharada de zumo de limón. Cuando esté listo lo dejamos reposar media hora a temperatura ambiente.
A continuación tamizamos la harina con el cacao en polvo y la media cucharadita de sal en un recipiente y lo reservamos. En otro recipiente, echamos el buttermilk y el colorante rojo y lo mezclamos y lo reservamos.
Buscamos un bol para batir y varillas y echamos la mantequilla con el azúcar y el extracto de vainilla y le damos hasta conseguir una crema espumosa.
Posteriormente sumamos los dos huevos y seguimos batiendo durante cinco minutos o hasta que veamos que se han integrado perfectamente.
Llega el momento de echarle la harina tamizada y el cacao, poco a poco. Tamizado que iremos alternando con lloverle un poco de la mezcla de buttermilk y colorante rojo. Cuando lo hayamos echado todo, batimos pero ahora a fuego lento para evitar que se nos quede una masa muy lenta y el bizcocho muy mazacote.
En un pequeño recipiente mezclamos dos cucharaditas de vinagre de sidra de manzana y una de bicarbonato de sodio y, nada más tengamos la mezcla, la echamos rápidamente a la masa y empezamos a hacer movimientos envolventes hasta integrar todos los ingredientes.
Empezamos dividiendo la masa en dos partes iguales y repartiéndola en dos moldes para tarta que tendremos que engrasar y enharinar previamente. Si tienes papel de horno, también lo pondrás en la base para evitar que se pegue.
Precalentamos el horno a 180 grados con calor arriba y abajo y, cuando esté caliente, metemos la masa y la dejaremos durante unos 20 minutos. Para saber que está listo introduciremos un palillo y, si sale limpio, lo sacaremos y lo dejaremos sobre una rejilla a que pierda temperatura antes de seguir.
Cuando veamos que la temperatura de los bizcochos empieza a rebajarse un poco, buscaremos la batidora de varillas y echaremos la mantequilla y el queso crema para batir durante un par de minutos o hasta que veamos que hemos conseguido una mezcla esponjosa.
A continuación le echamos el azúcar glas y el extracto de vainilla,y seguimos batiendo hasta que veamos que hemos conseguido una crema esponjosa y homogénea sin grumos, lo que sucederá unos cinco minutos después de empezar a batir.
Cojemos un bizcocho para utilizarlo como base, le echamos el frosting por encima, lo cerramos, le volvemos a echar frosting por encima, lo barnizamos todo con el frosting restante y la metemos a la nevera un par de horas. Nuestras tarta Red Velvet casera está lista.