Receta de Pollo a la Villeroy

La de hoy es una de esas recetas de toda la vida que a muchos les devolverá a su infancia o a su adolescencia.
Se trata de pollo a la Villeroy. Un plato a base de pechugas de pollo cubiertas en salsa Villeroy, bechamel con queso, que se empana y se fríe posteriormente en aceite de oliva.
Como ves, de ligero no tiene nada pero de delicioso y reconfortante lo tiene todo. Para nosotros, un verdadero manjar que nos gusta preparar de vez en cuando para disfrutar de los sabores de siempre.
Así que, si quieres darte un homenaje sin gastar mucho, este pollo a la Villeroy es justo la receta que buscas.
Ingredientes
Cómo hacer Pollo a la Villeroy
En una sartén a fuego medio, agrega un chorro de aceite y cocina los filetes de pollo hasta que queden sellados por ambos lados.
En una sartén a aparte a fuego medio-bajo, agregamos la mantequilla. Una vez coja color, será el momento de añadir la harina.
Sin parar de remover, vertemos la leche y esperamos a que espese. Agregamos el Parmesano y rectificamos de sal si es necesario.
Cubrimos los filetes de pollo con una capa de Villeroy y los metemos en la nevera durante al menos una hora para que se solidifique la salsa.
Sacamos los filetes de la nevera, los pasamos por huevo batido y pan rallado y freímos con abundante aceite hasta que queden dorados.
Los dejamos reposar sobre papel absorbente para que escurran el exceso de aceite y ¡listo!
Ingredientes
Instrucciones
En una sartén a fuego medio, agrega un chorro de aceite y cocina los filetes de pollo hasta que queden sellados por ambos lados.
En una sartén a aparte a fuego medio-bajo, agregamos la mantequilla. Una vez coja color, será el momento de añadir la harina.
Sin parar de remover, vertemos la leche y esperamos a que espese. Agregamos el Parmesano y rectificamos de sal si es necesario.
Cubrimos los filetes de pollo con una capa de Villeroy y los metemos en la nevera durante al menos una hora para que se solidifique la salsa.
Sacamos los filetes de la nevera, los pasamos por huevo batido y pan rallado y freímos con abundante aceite hasta que queden dorados.
Los dejamos reposar sobre papel absorbente para que escurran el exceso de aceite y ¡listo!