Receta pollo al ajillo

Una de las recetas más habituales en el día a día de las casas españolas es, sin duda, la del pollo al ajillo. Una elaboración, tan sencilla y rica como barata.
Un plato con un aroma inconfundible, de aspecto tremendamente apetecible que lleva siglos incorporado en el recetario tradicional mediterráneo y que hoy os vamos a detallar, paso a paso, para que independientemente de si tienes o no conocimiento culinarios puedas disfrutarlo en muy poco tiempo.
Para bordar este plato es necesario encontrar un equilibrio perfecto de sabores y cocciones.
Por un lado, tenemos que conseguir que el pollo esté dorado pero en el punto justo ya que si nos pasamos corremos el riesgo de que nos quede reseco.
Y por otro, es importante no excedernos con la cantidad de ajo ya que podría llegar a enmascarar el sabor del pollo.
Tampoco podemos fallar en churruscar el ajo, esto acabaría por arruinar nuestro plato. Con estos conceptos básicos y una buena barra de pan, ya tenemos todo lo necesario para triunfar.
Ingredientes
Cómo hacer Pollo al ajillo receta fácil
Es el momento de decidir si queremos cocinar el pollo con piel o sin ella. Las dos opciones son válidas. Una vez lo hayamos decidido, salpimentaremos el pollo troceado por todos los lados y lo reservaremos.
Tomamos una sartén, le echamos un chorro generoso de aceite de oliva, y echamos los dientes de ajo pelados. Cuando el aceite esté caliente lo bajamos a potencia media y dejamos caer los ajos. Una vez dorados lo sacamos para que terminen de hacerse fuera de la sartén.
Manteniendo la intensidad media, echamos el pollo hasta dorarlo por todas las partes. Cuando lo tengamos lo reservamos y guardamos el aceite empleado.
Sin cambiar esa potencia media, agregamos los dientes de ajo, el laurel, el vino y removemos todos los ingredientes. Lo dejamos durante 20 minutos a potencia baja.
Una vez el vino se ha evaporado, lo sacamos y lo servimos en una fuente. Ya lo tenemos.
Ingredientes
Instrucciones
Es el momento de decidir si queremos cocinar el pollo con piel o sin ella. Las dos opciones son válidas. Una vez lo hayamos decidido, salpimentaremos el pollo troceado por todos los lados y lo reservaremos.
Tomamos una sartén, le echamos un chorro generoso de aceite de oliva, y echamos los dientes de ajo pelados. Cuando el aceite esté caliente lo bajamos a potencia media y dejamos caer los ajos. Una vez dorados lo sacamos para que terminen de hacerse fuera de la sartén.
Manteniendo la intensidad media, echamos el pollo hasta dorarlo por todas las partes. Cuando lo tengamos lo reservamos y guardamos el aceite empleado.
Sin cambiar esa potencia media, agregamos los dientes de ajo, el laurel, el vino y removemos todos los ingredientes. Lo dejamos durante 20 minutos a potencia baja.
Una vez el vino se ha evaporado, lo sacamos y lo servimos en una fuente. Ya lo tenemos.