Receta de Níscalos

El fin del verano abre paso a las primeras lluvias otoñales y estas a la tan deseada época de las setas y hongos. Uno de los más apreciados por su sabroso sabor y precio moderado son sin duda alguna los níscalos o robellones.
Estos se pueden encontrar fácilmente en cualquier mercado o supermercado durante los meses de octubre y noviembre, especialmente tras las lluvias, aunque puede resultar doblemente gratificante recolectarlos tú mismo tras una pequeña excursión al campo en familia.
Los níscalos pueden formar parte de un sinfín de platos, desde arroces hasta guisos con carne o incluso croquetas, pero no hay nada como disfrutarlos de la manera más tradicional y sencilla, pasados por la sartén con un chorrito de aceite y ajo. Si quieres saber cómo bordar este plato, entonces sigue leyendo.
Ingredientes
Cómo hacer Níscalos al ajillo
La receta de hoy es tan sencilla y rápida que el paso más costoso va a ser limpiar nuestros níscalos. Estas setas son muy delicadas y se corrompen fácilmente con el paso de las horas, por lo que nos vamos a asegurar de retirar con una puntilla aquellos extremos o tallos que ya estén dañados.
Siempre y cuando no tengan demasiada tierra adherida, lo ideal será limpiarlas con un pincel y un paño húmedo. Sumergirlas en agua puede provocar que pierdan su textura además del sabor, por lo que evitaremos al máximo esta opción.
Mientras tanto, cortamos los ajos en láminas y ponemos una sartén a fuego medio con unas 2 cucharadas de aceite. Añadiremos los ajos una vez esté caliente y vamos volteando para que se doren.
Cuando empiecen a dorarse los ajos añadiremos los níscalos ya troceados y saltearemos durante unos 15 minutos.
Retiramos del fuego y coronamos con un poquito de perejil fresco picado por encima. Emplatamos y disfrutamos de nuestros níscalos al ajillo.
Ingredientes
Pasos
La receta de hoy es tan sencilla y rápida que el paso más costoso va a ser limpiar nuestros níscalos. Estas setas son muy delicadas y se corrompen fácilmente con el paso de las horas, por lo que nos vamos a asegurar de retirar con una puntilla aquellos extremos o tallos que ya estén dañados.
Siempre y cuando no tengan demasiada tierra adherida, lo ideal será limpiarlas con un pincel y un paño húmedo. Sumergirlas en agua puede provocar que pierdan su textura además del sabor, por lo que evitaremos al máximo esta opción.
Mientras tanto, cortamos los ajos en láminas y ponemos una sartén a fuego medio con unas 2 cucharadas de aceite. Añadiremos los ajos una vez esté caliente y vamos volteando para que se doren.
Cuando empiecen a dorarse los ajos añadiremos los níscalos ya troceados y saltearemos durante unos 15 minutos.
Retiramos del fuego y coronamos con un poquito de perejil fresco picado por encima. Emplatamos y disfrutamos de nuestros níscalos al ajillo.